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AHORA VUELO

Despliego mis alas al viento, esperando aquella leve brisa que emana de su boca para así, al fin poder volar sobre las olas y bajo el sol. Pero algo y nada sucede. Cierro mis ojos y continúo esperando elevar aún más mis pies en el aire… Nada.

No quiero voltearme y ver que ya no estás, que te has cansado de empujar. Que el  impulso que daba vida a ésta vida se ha quedado atrás. Tan atrás que no puede alcanzar a este cuerpo que se enfría y se estremece por la angustiosa soledad que se cierne sobre lo que dejaste olvidado aquí.

Mis manos se aprietan contras las rudas cuerdas de esta mecedora que oscila lentamente sobre unos pies lejanos que no reconozco. Y me doy cuenta que son lindos y suaves y están limpios de polvo y de la hierba que me rodea, como de los arrebatadores rayos del sol que me miran entre las nubes blancas de un añil atardecer.

Miro al cielo y vuelvo a mis pies desnudos que palpan con dolorosa lentitud el frio suelo que se expande hasta un horizonte que  no me atrevo a caminar. Veo que es firme y tímidamente me impulso suavemente. Cierro los ojos y las mariposas en mi vientre se comienzan a desperezar.. y sonrío.

Me aferro a las mismas cuerdas que  me sostienen firmemente y otro impulso me lleva a querer saber: ¿cómo se verá la luna desde aquí? ¿Podré ver las estrellas y sentir la brisa que se cuela por mi piel como cuando sólo él  me impulsaba? Y lo logro y vuelvo a sonreír, esta vez  a carcajadas.

Ahora vuelo, y desde el aire veo aparecer una figura que acomoda su sombra justo a mi lado y espera a que baje nuevamente, me sonríe y comenzamos a balancearnos junto al latir de nuestros  corazones.

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